EL AMOR Y LA FURIA
A Juan Gelman
Tienes
el dolor de un ángel partido por un sable de diamante.
Hablas
desde la nocturna estación de la memoria.
Y
cuando hablas,
un
río de pueblo lacerado nos salpica el pecho,
nos
desbasta el alma
hasta
hacernos trigo de ese pan
que
en la puerta del horno se nos quema,
(como
Cesar Vallejo solía decir,
memorable
y despiadadamente).
Me
doy a pensar que escribes con el amor y la furia
de
un Dios que se ha ido sin aviso
dejándote
varado en medio de un valle de lágrimas y muertos.
El
amor,
porque
has escuchado un pájaro de arena en tu jardín.
La
furia,
por
quienes lo han arrebatado de un bayonetazo.
Lo
que nos han arrebatado, Juan,
lo
que imperdonablemente nos han arrebatado,
es
la esperanza de perpetuar el acto de ser libres.
Sólo
la luz escrituraria de tus manos podía redimirnos.
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