HACIA UNA
FILOSOFIA POLÍTICA SITUADA.
Alejandro
Auat, Waldhuter, 2011
Pretender hacer una filosofía situada implica un doble
desafío y más de una dificultad. Por un lado, no podemos renunciar a la
abstracción de los conceptos y a su pretensión de universalidad. Por otro, la
situacionalidad del pensar remite siempre a un aquí y ahora que es el que
motiva las indagaciones, los acentos, los sentidos.
(“2011, pag. 11.)
Pero… ¿cuál en este caso es el aquí y el ahora del
pensar? Quiero recordar un texto de R.
Kusch. Un capítulo del Esbozo... que se llama “La importancia del lugar
filosófico". Ahí se plantea una idea que creo interesante
para interpretar esta propuesta. La idea de Kusch es que la filosofía, aún la
más universal y abstracta, tiene su lugar,
un ámbito desde el cual se proyecta y en el que "campean los
símbolos". Para el pensador argentino los símbolos constituyen un
horizonte de pre-comprensión que opera a nivel semántico sobre el lenguaje.
Las palabras de R. Kusch visibilizan las tensiones referidas
a las palabras preeliminares. Dice Kusch:
Desde aquí me acompaña el
sentimiento de tener derecho a la universalidad, aunque no lo tenga, y esto
condiciona de por sí la posibilidad de pensar, para acceder a una universalidad
paradójicamente propia, a una universalidad que es mía y que tendrá que serlo
también de los otros. Mejor dicho, surge una tercera posibilidad de
universalidad entre lo universal que todos dicen y mi lugar en ella. (1978, pág. 108)
Lo que Kusch
sugiere es que el filosofar es un juego. Un juego de escalas y de espejos. Un
juego nutrido de aquella matriz de significaciones que operan a nuestras
espaldas, que corre por debajo, como una vertiente subterránea.
El lugar
filosófico en este caso es reconocido por Auat como lugar de enunciación, locus enuntiationis, o lugar hermenéutico. No se trata de un lugar
físico, no se trata tampoco de un lugar gnoseológico, se trata de un lugar
simbólico-axiológico, en el que está implicada la voz propia del pensador.
En la página 21
leemos lo siguiente:
El lugar de enunciación no es solamente gnoseológico,
sino también axiológico (…): hay opciones, hay posicionamientos, hay
valoraciones en nuestra mirada, conformando un horizonte de
pre-comprensión que debe ser explicitado
y criticado para ser asumido conscientemente (2011).
La filosofía
situada aquí propuesta se inscribe en la línea de una tradición que filósofos de estas latitudes
han explorado como un modo inédito de hacer filosofía. Esa tradición que se remonta a la idea de una
filosofía americana de Alberdi, la geocultura y el lugar filosófico de Kusch,
la geopolítica de Enrique Dussel, la categoría de región como macro-cuerpo de Gaspar
Risco, y otras voces que suenan en la misma dirección.
Nos preguntamos
entonces ¿Cuál el aquí y el ahora, el en-donde-desde-donde
en que se constituye la filosofía que esta
obra hoy nos entrega? ¿Cuál es el “lugar filosófico” del autor?
Acaso no estemos
hablando aquí de un topos susceptible
de coordenadas fijas. Se trata más bien de coordenadas móviles, en
desplazamiento, en juegos de escalas y de espejos. Los títulos que encabezan
las secciones de este libro nos dan cuenta de las peripecias y rodeos de ese topos: desde nuestro enclavamiento más
próximo en el suelo simbólico de este Santiago ancestral e intempestivo, pasando
por los diversos estratos del NOA y de una Argentina que llama a pensarnos regionalmente mediados, hasta el desafío de
subirnos a los andenes del tren de la UNASUR y a ese difuso horizonte que
algunos llaman globalización. Topos
que a su vez merodea entre diversas temporalidades histórico-políticas, que
nuestro autor reconoce como referentes contextuales: el proceso político de
Santiago del Estero, el proceso de descomposición de la política nacional que
culmina en la crisis del 2001-2002, el proceso abierto desde el 2003 de
recuperación del sentido de lo público.
Se trata de una
filosofía que asume su anclaje situacional en el NOA, que atraviesa diversos mapas
geoculturales que nos constituyen, para finalmente llamarnos al desafío de sentar
las bases para una re-inventación de una democracia situada. Una democracia
reinventada como programa
teórico-práctico, asumido como tarea crítica, creativa, prescriptiva.
Hacia una filosofía política situada no es el primer libro de Alejandro Auat. Si creemos, sin embargo, que en estas páginas habla una voz diferente.
Una voz que se hace oir desde su tonalidad más propia, a la vez que dialectal.
En esas páginas, entre el sordo murmullo
de las tradiciones teóricas que nos han abierto caminos, se puede reconocer una
voz más próxima a nosotros: la voz
genuina e irrepetible del filósofo en situación. Esa tonada propia, santiagueña y noroestina,
que nuestra filosofía necesita.
Kusch, Rodolfo (1978). Esbozo de
una Antropología Filosófica Americana, San Antonio de Padua,
Pcia. de Buenos Aires: Estudios Filosóficos, Ediciones Castañeda, ,.
Auat,
Alejandro (2011). Hacia una filosofía política
situada, Buenos Aires: Waldhuter Ediciones.
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